Según las investigaciones realizadas, la enseñanza es una de las profesiones que genera mayores niveles de estrés. Por ello, un importante número de docentes sufre el síndrome de burnout o estrés laboral.
Pero, ¿qué es el estrés docente?
Se podría definir como la alteración física y psicológica que sufren los docentes como consecuencia de su actividad laboral cotidiana (relación con las familias del alumnado y compañeros del centro, atención al alumnado, etc.), lo que puede desencadenar en problemas laborales y de salud, como tener pensamientos negativos, una baja autoestima, sentirse extremadamente fatigados, etc.
Actualmente, la mayoría de autores siguen las dimensiones propuestas por Maslach, Jackson y Leiter (1986) para definir el burnout:
- Agotamiento emocional
Es la sensación de cansancio y escasez de energía que hace que el docente se sienta sobrepasado y con escasa motivación para continuar.
- La baja realización personal
Se caracteriza por una autoevaluación negativa provocada por un sentimiento de que las demandas laborales sobrepasan sus capacidades, impidiendo la consecución de los objetivos esperados.
- La despersonalización
Por último, el cansancio emocional puede derivar en un distanciamiento de los otros (alumnos, familias, compañeros de trabajo, etc.), haciendo que las relaciones se enfríen y sean más esporádicas.
Ahora bien, ¿cuáles son las causas de este problema?
Algunos de los factores que originan el estrés docente son los siguientes:
- Escasez de recursos personales. El docente se encuentra a cargo de un elevado número de alumnos, siendo difícil de atender por sí solo a la diversidad de capacidades, intereses, ritmos de aprendizaje, etc. del alumnado y brindar a cada uno de ellos el apoyo que necesita.
- Comportamientos disruptivos en el aula. Las relaciones con el alumnado suponen una de las principales fuentes de estrés, especialmente si se cuenta con niños/as con problemas de conducta, consumiendo una gran cantidad de energía para intentar controlarlos.
- Problemas en la comunicación con las familias. La relación con las familias no siempre es fácil por la delicadez de algunos temas que hay que tratar, la actitud de la familia o la escasez de preparación para enfrentarse a estas situaciones.
- Dificultades en las relaciones entre el profesorado. También es posible que existan problemas en la comunicación con otros docentes del centro, ocasionando un clima tenso que provoca malestar generalizado.
Si te sientes sobrepasado por alguna de estas circunstancias, no te preocupes, ¡todo tiene solución! Por eso, aquí te dejamos algunos consejos para comenzar a gestionar tu estrés y superar esta situación.
- Dedícate tiempo a ti mismo. Reserva momentos de la semana para descansar y realizar aquellas actividades que más te gustan. Lee, haz deporte, sal con amigos… ¡te vendrá genial para despejarte y coger energía!
- Analiza tus sentimientos. Es importante que te detengas el tiempo necesario para identificar lo que te está generando estrés. Solo si eres consciente de ello podrás cambiarlo.
- Cambia paso a paso. La sensación de estrés no va a desaparecer de un día para otro. Márcate pequeñas metas que desees alcanzar y verás cómo poco a poco te vas sintiendo mejor.
- Recuerda tu vocación. A veces el ritmo frenético del día a día nos hace olvidarnos de la pasión por nuestro trabajo. Recupera esa motivación inicial y te sentirás con más ganas para hacer aquello que amas.
- Pide apoyo a tus personas de confianza. Si estás desbordado, la ayuda de tus personas cercanas te hará sentirte mucho mejor. Cuéntales lo que te sucede y escucha sus consejos.
¡Esperamos que estas ideas te sirvan! Como siempre, desde Taller de Educación te mandamos los mejores consejos. Si necesitas más ayuda, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.